Federico
Müggenburg
Finalmente
el Tribunal Superior de Justicia de Brasil ha declarado culpables a los
delincuentes políticos por haberse comprobado su “Corrupción activa y pasiva,
lavado de dinero, gestión fraudulenta y diversas formas de fraude. No se trata
de delitos individuales, sino que son producto de una sofisticada organización criminal
que se estructuró profesionalmente para negociar apoyos políticos, pagar deudas
del PT y costear gastos de ese partido y de sus aliados. La finalidad de esta
organización criminal era garantizar la continuidad del PT en el poder”.
El
caso fue denunciado por el diputado Roberto Jefferson en junio de 2005,
explicando los “maravillosos consensos” que se producían para aprobar los
cambios legales que urgía el Presidente Lula, para satisfacer las promesas de
campaña. Cierto número de diputados recibían mensualmente su “pago extra legal
o soborno”, de ahí la expresión mensalao. Al ser realizada la denuncia el
gobierno de Lula se tambaleó, por lo que se hizo un “contubernio político” para
dejarlo fuera de la investigación, igual que a su hijo Luiz Da Silva. Los demás
empezando por el jefe de la Casa Civil, José Dirceu, otros ministros, líderes
del PT y diputados, hasta sumar 38 acusados han pasado un largo proceso, que
indudablemente es el de mayor relevancia en la historia del país. Las agencias
de noticias informan que la expectación social ha igualado a los más
importantes partidos de futbol, ya que los juicios se han transmitido en vivo
por televisión.
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Publicado en www.cepos.org.mx el 22 octubre 2012.