Dos acontecimientos de
distinta naturaleza se han conjugado en estos días. Sin embargo tienen un fondo
común que es necesario explicar para su completa comprensión. Por un lado se
han cumplido diecisiete siglos del “Edicto de Milán”. Acontecimiento
fundamental en la historia cristiana, que ha sido desvirtuado por comentaristas
que ignoran su auténtico significado.
Constantino, emperador pagano del
Imperio Romano de Occidente y Licinio, del Imperio Romano de Oriente, determinaron
en Milán, el 15 de junio de 313, declarar la “libertad religiosa” con lo que
cesaban las persecuciones en contra de los cristianos del Imperio, que habían
sufrido innumerables martirios. Además el decreto ordenaba devolver a los
cristianos todas las expropiaciones hechas por los funcionarios del imperio.
Esto debía ser incluso pagado con recursos del erario público del imperio a
quienes ya hubieran registrado la propiedad a su nombre. Así los cristianos
pudieron libremente practicar su culto públicamente y recuperar los templos
para las celebraciones litúrgicas y realizar la catequesis imprescindible.
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Publicado en www.cepos.org.mx el
17 junio 2013.