Federico
Müggenburg
Después
de tantas desgracias que le han perseguido en las últimas semanas, el
presidente francés Francois Hollande, ha decidido posponer indefinidamente la
entrada en vigor de la ley que destruye la familia y fue aprobada por el
parlamento francés. Esta ley es la aplicación jurídica y moral de la “cultura
de la muerte” que empieza con la corrupción de las fuentes de la vida y termina
con el aborto y la falsificación del matrimonio monógamo entre un hombre y una
mujer.
La
enorme presión ejercida en las calles por “la más ultra y reaccionaria derecha”,
(así entienden en Francia a la cultura por la vida), lo ha llevado a la decisión
de retrasar la aplicación de dicha ley. La marcha por la vida del 19 de enero
en toda Francia y la manifestación de más de 17 mil personas en París el día 26
del mismo mes, ocurrieron mientras la prensa debatía el escándalo de los
amasiatos del Presidente francés.
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