Federico
Müggenburg
El segundo
informe de Enrique Peña Nieto, nuevamente rescata los viejos rituales del PRI,
para rendir homenaje al “Señor Presidente” en “su día”. La única diferencia de
forma, que no de fondo, consiste en que no hubo peregrinaje como la vez
anterior. Primero llegaron directamente al Palacio Nacional, y el Zócalo se
convirtió ‘en enorme estacionamiento’ que incluyó el servicio de “valet
parking”. Ahí ante un selecto grupo de invitados especiales, de cerca de mil,
no tuvieron las manifestaciones que causaban los antes llamados anarcos de la
mayor variedad, se dice que el Presidente domesticó a “la izquierda”. Después
hubo una recepción privada en Los Pinos.
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